jueves, 28 de abril de 2016

EN HOMENAJE A VALENTÍN GARCÍA YEBRA, GRAN TRADUCTOR Y FILÓLOGO


                                                                                                                 Guojian Chen

   
          Hoy es el 99º aniversario del nacimiento de Valentín García Yebra (Lombillo de Los Barrios, El Bierzo, 28 de abril de 1917 – Madrid, 13 de diciembre de 2010), gran traductor (del griego, latín, alemán, inglés, francés, portugués e italiano)  y  filólogo español, miembro de número de la Real Academia Española. Como uno de sus amigos, no puedo menos de recordar emocionado los momentos en que estábamos juntos, con el corazón agradecido, por las ayudas y apoyo que de él he recibido.  
        Conocí a don Valentín primero a través de sus libros, cuando trabajaba yo en la Universidad de Lenguas Extranjeras (hoy Universidad de Estudios Extranjeros) de Guangdong (Cantón)  como profesor de español. Estaba encargado de preparar, junto con el profesor Zhao Shiyu, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, Curso de la traducción del chino al español, un libro que serviría, según la instrucción del Ministerio de Educación China, para las universidades chinas en que se enseñaba español. Tanto Zhao como yo habíamos leído con sumo interés los libros de don Valentín sobre la teoría y práctica de la traducción, que era el único autor  prestigioso de este tema en el mundo hispánico. Sus enseñanza esclarecedoras nos ayudaron a pensar y en nuestro libro publicado en 1989 en Pekín introducimos y encarecimos las siguientes palabras suyas como un principio orientador  para todo el que aspire a ser buen traductor : "La regla de oro para toda traducción es, a mi juicio, decir todo lo que dice el original, no decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección y naturalidad que permita la lengua a la que se traduce” (Teoría y práctica de la traducción, Madrid, Gredos, 1997, pág. 45.).
       Le conocí personalmente en octubre de 1988, cuando estaba yo en Madrid con una beca de investigación que me concedió el Ministerio de Exteriores de España como hispanista chino. Durante tres meses de estancia nos vimos tres veces, hablamos de la traducción, le hablé de la admiración de los profesores chinos por sus obras, me regaló un libro suyo y yo le dediqué mi primer libro publicado en España: Poemas de Tang, edad de oro de la poesía china, editado por Cátedra muy casualmente cuando estaba yo en España, libro que le gustó mucho. Más tarde, le envié otro libro mío Poemas de Li Po (Li Bai), publicado por Icaria en Barcelona, que le gustó también. 
          En 1991 volví a Madrid, para quedarme definitivamente, como residente madrileño. Desde entonces nos vimos muchas veces, algunas en la Real Academia, pero fue más frecuente que yo fui a su casa cerca del Retiro. Me hablaba de sus experiencias de traducción, y hablábamos sobre todo acerca de la poesía china. Casi cada vez que fui a su casa regresé con un libro suyo que me regaló con afectuosa y cordial dedicatoria. En 2001, publiqué Poesía clásica china (Cátedra), y al preparar la presentación del libro, le invité a asistir e intervenir. Expresó que lo haría con mucho gusto, pero al final no pudo ir por tener ese día una sesión en la Real Academia. Me dio el texto preparado, y fue publicado en septiembre en la revista Leer como reseña del libro. Dice, entre otras cosas: "Leí aquellos dos libros (- Poemas de Tang y Poemas de Li Po) como he leído éste de ahora, con verdadero placer, casi con entusiasmo. La lectura de Li Po me impresionó tanto que me indujo a escribir un largo poema de más de cien versos, titulado Elegía a la luna, gran amor de Li Po". El poema era muy largo y fue imposible publicar el texto completo en dicha revista, pero lo daremos a conocer aquí más adelante. 
          En 2006, cuando terminé Poesía china caligrafiada e ilustrada, le pregunté si podría prologar el libro. Lo aceptó y lo hizo muy pronto, y eso fue a sus 89 años de edad. Me quedé emocionado y muy agradecido. Su estímulo y apoyo ha sido importante para que tuviera yo ánimo y valor de continuar con  mi labor de la traducción de poesía china, ya que como todo el mundo sabe, componer la poesía es uno de los trabajos peor pagados del mundo, y traducir poesía de un país lejano como China, es pura y simplemente por el amor al arte. Sin embargo, la reacción del académico tras la lectura de estos libros es para mí una gran recompensa y tengo que contentarme.               



                      2007, Guojian Chen en casa de don Valentín          García Yebra


 
Reseña de don Valentín sobre mi libro "Poesía clásica china", en 2001. 




    
  Guojian Chen entre Valentín García Yebra y Camilo José Cela, 2001, en la Real Academia.




                                                       Parte de los libros que me regaló don Valentín



                 POEMA DE VALENTÍN GARCÍA YEBRA 

  






jueves, 21 de abril de 2016

CERVANTES Y SU QUIJOTE EN CHINA

                             
                                                                     


                                            CERVANTES Y SU QUIJOTE EN CHINA


                                 En conmemoración del IV Centenario de la muerte de Cervantes
                                                     
                                                                                                                             Guojian Chen

            En la dedicatoria de la segunda parte del Quijote podemos leer:
           “el gran emperador de la China, …habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se la enviase [la segunda parte del Quijote] porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana. Y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Justamente con esto, me decía que fuese yo a ser el rector de tal colegio.
           Pregúntele al portador si Su Majestad le había dado para mí alguna ayuda de costa. Repondióme que ni por pensamiento… - le respondí yo-, yo no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje; además que, sobre estar enfermo, estoy muy sin dineros…” .
           Son palabra que escribió Cervantes en 1615 de manera humorística, en son de broma, pero también se pueden considerar como una especie de predicción, que comenzó a hacerse realidad trescientos cuarenta y siete años después cuando se estableció el primer departamento de español en una universidad en Pekín, en China.
          ¿Pero, por qué Cervantes puso en su dedicatoria China, y no Rusia, que está más cerca, o la India, por ejemplo? ¿Es solo una casualidad o un antojo del autor? Para contestar a esta pregunta, convendría ver un poco el contexto en que lo escribió el autor.
           Ya en los tiempos de la dinastía de Tang, del siglo VIII al siglo X, la ruta de la seda empezó a unir a China con Europa, llegando, en el siglo XIV, hasta Murcia, Granada y Cádiz. En la era de descubrimientos, o sea, en los siglos XV y XVII, gracias a las grandes exploraciones de españoles y portugueses, se amplió el mundo conocido. En la península, creció el interés por conocer las Indias y China. En 1555, se publicó la Primera relación del Gran Reino de la Chinade Coimbra, que ofrece informaciones recibidas de los jesuitas que vivían allí, y es el primer libro que da una idea más o menos real y no imaginaria del país asiático. Por entonces el propio Felipe II tuvo intención de tratar en directo con China y llegó a redactar una carta al emperador chino, carta que al final no fue enviada. En 1585, Juan González Mendoza, un fraile agustino residente en la Nueva España, publicó en Roma, Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del Gran Reyno de la China, libro del que se hicieron 36 ediciones en solo diez años y fue traducido a siete idiomas, produciendo un gran impacto.
         El presunto anfitrión de Cervantes debería ser el decimotercer emperador de la dinastía Ming, Wan Li (万历), que reinó entre 1573 y 1620 un país estable con una economía y cultura prósperas y fue quien dio el permiso para la instalación de los primeros misioneros jesuitas en China, y en 1610, reconoció incluso la libertad de culto a los católicos. Eran años en que hubo una fuerte emigración de chinos al nuevo dominio español y sobre todo a Manila, donde los padres dominicos se encargaron de asistir espiritualmente a la comunidad china. Uno de ellos, Juan Cobo, con la colaboración chinos manilenses conversos al cristianismo, tradujo en 1592 MING XIN BAO JIAN明心宝鉴 (Espejo rico del claro corazón), una compilación de proverbios, sentencias y máximas de los grandes pensadores confucianos chinos. Fue el primer libro vertido directamente del chino a una lengua europea, ampliamente difundido no solo en España sino también en el Viejo Continente. Es justamente en estas circunstancias y no por capricho o casualidad que Cervantes mostró su gran interés por China.
        Los chinos, a su vez, han sabido corresponderle con su respeto y admiración, aunque un poco tarde debido a la decadencia del imperio y su política de puerta cerrada durante años. Con el derrocamiento de la dinastía Qing, los pensadores y escritores chinos empezaron a presentar, ante sus compatriotas, El Quijote y a su autor. Lu Xun, el escritor más importante chino del siglo XX, y su hermano, Zhou Zuoren, jóvenes que fueron a Japón a hacer sus estudios universitarios, pudieron conocer la versión japonesa de obra cervantina. Zhou Zuoren la elogió y analizó en su libro “Historia de la literatura europea”, publicada en 1918. Indica que "es una de las obras maestras del mundo", de valor incalculable, "un libro que puede hacer reír a los adolescentes, pensar a los adultos y llorar a los viejos. Parece una historia humorística, pero de hecho es muy seria". En cuanto a Lu Xun, le encantó el Quijote y su admiración y cariño por Cervantes se evidencia en sus numerosos artículos y traducciones posteriores. No solo tradujo al chino el primer acto del drama El don Quijote liberado, de A.B. Lunatcharsky, sino que también mencionó repetidamente en sus escritos a Cervantes y su gran novela. Escribió, entre otros, un ensayo titulado «El nuevo don Quijote en la República de China», publicado en la revista literaria Osa Mayor, II, 1 (1932). Además, en la revista literaria Corrientes por él dirigida, se publicó la versión china del ensayo «Hamlet y don Quijote» de Turgueniev, entre junio de 1928 y diciembre de 1929. Tuvo la intención de publicar una nueva versión china del Quijote, de alta calidad, en la colección Florecillas matutinas que él dirigía, pero no prosperó su plan. En su famosa novela La verdadera historia de A Q, vemos que A Q, el protagonista, tiene siempre una forma psicológica de vencer tras cada derrota, lo que nos recuerda al Quijote que alega algún motivo para animarse y consolarse a sí mismo después de cada revés y fracaso. Además, el hecho de que Lu Xun usara la letra latina Q, que es la inicial del Quijote, y no un carácter chino como el nombre de un campesino chino, es algo muy inusual e incluso chocante en su época, y todo ello lleva a muchos expertos a deducir, y con razón, que esta novela de Lu Xun, la mejor de todas suyas y considerada como pionera de la literatura moderna china, fue escrita bajo una fuerte influencia de la obra cervantina.  
          A partir de los años treinta, numerosos escritores y estudiosos del país oriental han escrito artículos, ponencias y tesis para recomendar, explicar, estudiar y analizar la gran obra de Cervantes. Fue de particular importancia la publicación de un análisis literario de la novela de Cervantes en el libro titulado Obras más conocidas de la literatura universal, escrito por Mao Dun (Shanghai, Ed. Kaiming, 1936). Este célebre novelista encareció el gran papel de la obra cervantina en la historia de la literatura mundial y le ensalza como “un importantísimo e inmortal escritor”. Ba Jin, el literato de mayor renombre de la segunda mitad del siglo XX, apunta: “Don Quijote es un brillante ejemplo de la historia de la literatura del mundo”.  Qian Zhongshu, otro escritor de gran fama, señala: “Cervantes, Shakespeare y Goethe son tres campeones que alcanzan la cumbre de la novela, el teatro y la poesía respectivamente”.
La traducción del Quijote se inició en la década 20 del siglo pasado. En 1922, salió a luz la primera versión china en Shanghai, realizada por Lin Shu (林纾) (1852-1924) (conocido también como Lin Qin Nan) y Chen  Jialin (陈家麟), bajo el título de “Historia del ingenioso caballero andante”, en dos volúmenes. Lin es un excelente escritor y traductor. No sabía ningún idioma extranjero, y sus traducciones las hacía escuchando las interpretaciones de sus colaboradores. Durante los últimos 30 años de su vida tradujo cerca de 180 obras europeas y americanas, entre ellas unas 40 clásicas de fama internacional. Su versión del Quijote es incompleta y adolece de muchos defectos, pero gracias a su excelente lenguaje literario chino y su renombre, sobre todo, gracias a la fuerza mágica de la propia obra cervantina, el nombre del Quijote empezó a correr de boca en boca en el país.
                                                                      Lin  Shu

En los años treinta, aparecieron cuatro versiones chinas.: la de He Yu Po (贺玉波) publicada en 1931 por la editorial Kai Ming Shu Dian, la de Jiang Ru Qing (蒋瑞青), editada en 1933 por la Editorial Mundo (Shijie Shuju), la de Wen Zhida (温志达), publicada primero en el Diario “República” en 1937 como libro por la Editorial Qiming Shuju. La cuarta versión, de Fu Dong Hua (傅东华), fue publicada primero en revistas literarias en 1935, y editada en 1939 por la famosa Editorial Shanagwu bajo el título de “Historia del señor don Quijote”. Es una versión completa y suma 596 páginas. Aunque, al igual que todas las otras versiones, fue hecha a través del inglés, es una traducción muy buena, fiel al original y está en un excelente chino literario y es la primera traducción que leí cuando era alumno de secundaria. Me encantó y me hechizó, y despertó en mí gran admiración por el autor y gran interés por la literatura española.
          Sería injusto no mencionar aquí la traducción de Dai Wangshu, un buen poeta del siglo 20. Estuvo en su juventud en Francia y España, y con su profundo amor por La literatura española, ha traducido novelas de Blasco Ibáñez y numerosos poemas de Federico García Lorca. En 1935, regresó a China y empezó a traducir el Quijote con la ayuda de la Fundación de Cultura y Educación chino - británica, cobrando cada mes 200 yuan como honorables adelantados. Desgraciadamente a causa de las llamas de la guerra de la invasión japonesa no salió a luz el libro completo ni se encuentra actualmente el manuscrito. En los años 90, solo se publicó parte del trabajo en una revista de Hong Kong y es muy lamentable que no se pueda conocer el texto completo de su traducción, que debería de ser de alta calidad.
          La traducción directa del español al chino se inició en los años sesenta, por la famosa traductora Sra. Yang Jiang (杨绛), gran conocedora del francés y que había traducido obras clásicas francesas. Su habilidad como traductora es bien conocida y reconocida. Para traducir directamente del español, empezó a estudiar español y al final de cerca de 20 años de esfuerzo y trabajo, en 1978, en vísperas de la visita del Rey don Juan Carlos y la Reina Doña Sofía a China, vio la luz la primera versión china hecha directamente del español. A partir de entonces el libro se imprime una y otra vez, se han vendido, según se dice, cerca de un millón de ejemplares hasta el presente, y es la versión más editada y vendida.
        Mientras tanto, se han editado numerosas ediciones diferentes teniendo en cuenta diferente interés del lector: hay ediciones abreviadas, ediciones para niños. Según la cifra ofrecida por la Editorial de la Literatura del Pueblo de Pekín, entre 1922 y 1997 se publicaron diecinueve versiones chinas del Quijote, y desde entonces han aparecido otras cuatro nuevas. De modo que hay en total por lo menos veintitrés diferentes traducciones de este libro cervantino, sin incluir adaptaciones y ediciones para niños. Sobre todo, a partir de los años noventa, se editaron varias traducciones directas importantes, realizadas por profesores e hispanistas, entre ellos, el profesor Don Yansheng, de Pekín, Tu Mengchao, de Nankín, Tang Wequan, de Xi  An. Zhang Guangsheng, de Pekín.
       Cabe destacar la importancia de la aparición, en 2001, de la versión del profesor Sun Jianmeng (孙家孟) (1934 - 2013), célebre hispanista y catedrático de la Universidad de Nanjing, veterano traductor de numerosas novelas hispanoamericanas, sobre todo, de Mario Vargas Llosa. Personalmente, era un amigo mío y he colaborado con él en su libro de textos “Manual de la traducción del español al chino”, utilizada durante años en universidades chinas donde se enseña castellano. A pesar de su mala salud y su problema cardíaco, dedicó cinco años a la traducción del Quijote y su versión es muy completa: contiene los once poemas “AL LIBRO DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA”, Tasa, EL REY, Aprobaciones y algunos textos que no están recogidos en la versión de Yang Jiang y algunas otras. Además, el traductor, con su habilidad y seriedad profesional, con su excelente dominio y manejo de las dos lenguas y midiendo cada palabra que utilizaba, logró reproducir el efecto del original. De modo que el Quijote chino al hablar con personas de cierta importancia o al explicar cosas de la caballería, usa un chino culto o medio culto, y al hablar con su escudero y los labradores usa un chino popular y coloquial, todo ello para reproducir el efecto del original, y lo ha conseguido. Ya que concuerda con cada circunstancia y cada caso, y su lectura causa placer y deleite.
         Ha habido un debate bastante fuerte sobre las traducciones del libro: algunos consideran que la versión de Yang Jiang tiene errores, otros la consideran como la mejor, y otros, que la versión del profesor Sun Jiameng es la mejor. Se discute la forma de traducir algunas expresiones y frases del libro, como la frase “de pelo en pecho” que Sancho usa al referirse a Dulcinea en el capítulo 25. Algunos dicen que la traducción no debe conservar la metáfora y figura del original, sino que solo se debe traducir la idea, etc. Esto, a mi juicio, es positivo para mejorar la traducción y también demuestra que los traductores son serios y responsables, con un gran afán por perfeccionar su trabajo. En cuanto a cuál es la mejor versión del Quijote, sin haberlas leído todas y compararlas una con otra con detenimiento, no me atrevo ni estoy en condición de dar una respuesta. Pero de una cosa estoy seguro, y es de que la versión de Sun, así como la de Yang Jiang, y la de Dong Yansheng, son buenas y dignas del original. La traducción, especialmente la traducción literaria, no es un simple traslado de las palabras, sino como suele decirse, traducción - traición, que supone cierta creación, y la creación no es ciencia exacta. Todas las versiones serias tienen sus virtudes y méritos, y también sus defectos por mejorar o incluso errores por corregir.
          Con la traducción y la difusión del libro y la recomendación y el encarecimiento de las importantes personalidades del mundo cultural chino, el Quijote se viene difundiendo más y más en China. En todos los libros de textos y manuales sobre la literatura mundial o la literatura occidental, se dedican capítulos enteros sobre el Quijote, y los chinos pueden conocer bien la vida del gran escritor a través de las biografías publicadas. Aparte del Quijote, se dio a conocer también, en 1985, la traducción de Novelas Ejemplares. En 1997, la Editorial Literatura del Pueblo publicó en Pekín Obras completas de Cervantes, de modo que los chinos puedan leer en un chino actual toda la creación literaria del gran autor.
         Los actos conmemorativos son también frecuentes. En 1955, cuando se cumplió el 350 aniversario de la aparición del Quijote, tuvo lugar en Pekín una gran asamblea a la que asistieron más de mil trescientas personas, entre las cuales importantes personalidades y escritores del país. Desde 1979, el 22 de abril, el aniversario del fallecimiento de Cervantes, está consagrado en la Universidad de Estudios Extranjeros de Shanghai a actividades conmemorativas, tales como actos públicos y lectura de ponencias. En marzo de 2004, en Nanjing se celebró el sexto simposio internacional sobre Cervantes, con la asistencia de expertos de España, México, Francia, Italia, Bélgica, y de diversas universidades chinas. Este año habrá actos en diversas ciudades, en diversas universidades y centros de educación, de estudios e investigación, y como Tang Xianzu, uno de los dos dramaturgos chinos más importantes es coetáneo de Cervantes y Shakespeare, se realizarán actividades para conmemorar a las tres grandes figuras de la cultura mundial. El cine, (película rusa, película española), la televisión, y también el ballet, (de conjuntos chinos y extranjeros), han contribuido a la difusión. La popularización de la obra cervantina ha sido tal que se puede decir, que El Quijote ya es, para muchos chinos, un símbolo de España: según los periodistas chinos que han preguntado a modo de encuesta a la gente en la calle: “¿Qué sabes de España?”, las respuestas casi unánimes son: “El Quijote y el toro”, seguidos de Real Madrid y la Barça, que son lo que más conocen los chinos sobre España.  El Quijote ya forma una parte integrante de la lengua y cultura china: expresiones como "ser el Quijote chino", "hacer quijotadas", "ser quijotesco", son muy usuales no solo para los políticos, los intelectuales, sino también para mucha gente de a pie. Como ejemplo, quiero citar el título de un artículo publicado el 6 de junio de 2007 en el Diario “Pueblo”, el periódico oficial del gobierno chino, y es “El Quijote del Pentágono”, para criticar a los jefes militares de los EEUU.    
        Los estudios también son cada vez más abundantes y profundos. Hay estudios sobre la influencia del Quijote en la literatura china, sobre las similitudes y las diferencias del Quijote con la famosa novela de Lu Xun “Historia de A Q” y otras obras chinas desde los puntos de vista de la literatura comparada, sobre el significado del Quijote, su importancia en la literatura mundial, sobre sus personajes, etc. Aquí quiero hablar un poco sobre un tema que he tocado y comentado en una de las dos ponencias sobre el Quijote que publiqué en los años ochenta en la revista LENGUAS CONTEMPORÁNEAS de la Universidad de Estudios Extranjeros de Guangzhou (Cantón). Y es el frecuente uso de sinonimia y antítesis en el “Quijote” y paralelismos o duizhang en la poesía china:      
         Vemos en el Quijote muchos ejemplos como los siguientes:
1.  Historia sabida de los niños, no ignorada de los mozos, celebrada y aun creída de los viejos (I, cap. V)
2.   Siempre vencedor y jamás vencido Timonel de Carcajona (I, cap. 18)
     Es un tipo de sinonimia que recurre a una aparente antítesis negativa.
     Otras veces la antítesis o la antonimia sirve para destacar la idea que se quiere expresar y causar impresión más profunda, como: 
3.   Solo fui el triste entre tantos alegre, y el cautivo entre tantos libres (I, cap.39)
       Las dos frases se construyen con antónimos, y son paralelas por su estructura. Es una construcción bella y de gran armonía fónica.
4.   Se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio.
        “Las noches” se contraponen a “los días”, “de claro en claro” a “de turbio en turbio”. También son construcciones muy bellas y armoniosas.
        Este recurso retórico nos recuerda una técnica también muy frecuente en los grandes maestros de la poesía china, como Li Bai (Li Po) y Du Fu (Tu Fu),  que recurren a menudo a lo que se llama dui ou (duizhang), (literalmente significa contraposición o emparejamiento), y son principalmente paralelismos y a veces antítesis.
         Veamos unos versos de Li Bai en su poema “Despidiendo a Son Zhidi en Jiangxia”.
         Texto original: 人分千里外, 兴在一杯中。谷鸟吟晴日, 江猿啸晚风。
         Traducción:
  Mil leguas nos van a separar;
  y una copa de vino nos une.
  En el valle, los pájaros cantan al brillante sol.
  En la orilla, los monos lamentan ante el viento vespertino.
  (miles de leguas – una copa de vino; nos separan- nos une.)
  (en el valle – en la ribera; los pájaros cantan- los monos lamentan; al brillante sol – ante el        viento vespertino)
        Veamos otro ejemplo, que es un famoso poema de Li Po- “Despidiendo a un amigo”:
        Primero veamos una traducción libre mía:
Montes verdes se alzan sobre la muralla al norte.
Aguas cristalinas ciñen el pueblo al levante. 
Aquí nos separamos, y flotará mil leguas
una hierba mustia solitaria por el aire.
                       
Nubes vaporosas, sentimientos del viajero.
Puesta del sol, corazón de los viejos amigos.
Te alejas, y nos decimos adiós con la mano.
  ¡Qué melancólicos relinchan nuestros caballos!
Para comprender estos paralelismos, estos versos dicen, más o menos literalmente, lo siguiente:
En los dos primeros versos, hay paralelismos o contraposición: entre “montes verdes ” y “aguas cristalinas”, “se alzan sobre la muralla al norte” y “ciñen al pueblo al levante”.
  En los siguientes cuatro versos, si los traducimos más al pie de la letra para comprender mejor los paralelismos, dicen: 
Una vez que nos separamos aquí, una hierba mustia solitaria florará por millares de leguas. (Aquí: una vez – millares; nos separamos – flotará; aquí (este sitio) – una hierba)
  Nubes vaporosas, sentimientos del viajero.
Puesta del sol, corazón de los viejos amigos.
(Nubes vaporosas – puesta del sol; sentimientos del viajero – corazón de los viejos amigos)
  En fin, a pesar de diferencia del idioma, existen grandes similitudes entre estos maestros de las lenguas de los dos pueblos tan distantes. No se trata de una influencia mutua o de uno en otro, cosa imposible en aquellas épocas, sino de algo que suele expresarse en chino con un dicho o frase usual: (bu mou er he, o): yingsong suo jian lue tong: (que significa coincidencia sin haberse consultado previamente, y “los héroes o los genios suelen tener un modo parecido de ver las cosas”).
         Con el Quijote la literatura española ha entrado en China por la puerta grande y adquiere su importancia. Aparte de los libros de Cervantes, también se han traducido numerosas obras como las de Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco Quevedo, Tirso de Molina, Pedro Calderón de la Barca, Leandro Fernández de Moratín, Pedro Antonio de Alarcón, Vicente Blasco Ibáñez (Sangre y arenaLa barraca), Leopoldo Alas (La Regenta), Juan Valera (Pepita Jiménez), Camilo José Cela, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Hierro, etc., etc. En fin, se podría decir que todas las obras importantes, y algunas menos importantes, han sido traducidas, comentadas y estudiadas.
         Por otra parte, también se viene realizando lo que predijo Cervantes en cuanto a la enseñanza del español: desde la primavera de 1952, se estableció el primer Departamento de Español en el Instituto Universitario de Lenguas Extranjeras de Pekín (actualmente Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín), dando comienzo así a la enseñanza de castellano a nivel universitario. Después, aparecen más y más universidades con esta facultad o departamento.  En los años cincuenta, cada curso tenía pocos alumnos, - unos veinte, treinta, cincuenta. En los años peores, solo unos diez. Pero poco a poco se van aumentando, sobre todo, desde el año 1996. El 14 de julio de 2006, el Reino de España fundó por fin en Pekín “un colegio donde se leyese la lengua castellana” como describió Cervantes, y es el Instituto que lleva su nombre. Fue un importante paso dado en las andaduras quijotescas por el lejano Imperio del Centro. Mientras tanto, crece el número de universidades fundadas por los chinos para enseñar el castellano: este año la cifra ha llegado a cincuenta y cinco, con unos cinco mil estudiantes de licenciatura o diplomado. En cuanto a los que estudian español como asignatura optativa y segunda lengua extranjera, son aún más numerosos.
          Los profesores, al mismo tiempo que se dedican a la labor docente, también hacen traducciones, investigaciones y a veces también sirven de intérpretes para ayudar a empresas españolas que emprenden sus aventuras en China.  Estos trabajos se están aumentando con el creciente interés de España por el país asiático y se incrementan los vínculos entre los dos pueblos.  Mientras que, por un lado, en China, los niños toman Cola Cao o Chupa Chups, los chicos mastican chicles de Agrolimen, los turistas viajan en autocares de Alsa, los ancianos toman el vino de Bodegas Torres y jamón ibérico, por otro lado, las chicas españolas visten chándales chinos y las señoras compran productos “Made in China” en tiendas de chinos, se incrementan los lazos culturales y económicos entre los dos países.  El emperador rojo de hoy ya pagará debidamente a los maestros que van allí, atrayendo así cada vez a más Hijos del Quijote para enseñar español en universidades o institutos. Por otro lado, los profesores chinos, que siempre consideran a Cervantes como su rector espiritual, preparan a más y más jóvenes que leen el Quijote y van a su tierra natal, a Alcalá de Henares y otros sitios para conocer mejor su lengua y cultura, ocupando un porcentaje cada vez mayor de los alumnos extranjeros en universidades del país. Cada año se ven más y más chinos que le rinden homenaje en la plaza de España de Madrid. He visto sonreír al gran maestro de las letras castellanas. Debe de estar contento.



                                                                                         En Madrid, 21 de abril de 2016





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Fotos sacadas en el acto del IV Centenario de la publicación del Quijote, en Toledo, Comunidad de Castilla-la Mancha, 21, 12, 2005, junto con Zhao Zhenjiang (赵振江) ,famoso traductr e hispanista de la Universidad de Pekín. La versión china del Quijote exhibida es de Sun Jianmeng (孙家孟).