En la dedicatoria de la segunda parte
del Quijote podemos leer:
“el gran emperador de la China, …habrá un mes
que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir,
suplicándome se la enviase [la segunda parte del Quijote] porque quería fundar
un colegio donde se leyese la lengua castellana. Y quería que el libro que se
leyese fuese el de la historia de don Quijote. Justamente con esto, me decía
que fuese yo a ser el rector de tal colegio.
Pregúntele al portador si Su Majestad le
había dado para mí alguna ayuda de costa. Repondióme que ni por pensamiento… -
le respondí yo-, yo no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje; además
que, sobre estar enfermo, estoy muy sin dineros…” .
Son palabra que escribió Cervantes en 1615 de manera humorística, en son de
broma, pero también se pueden considerar como una especie de predicción, que
comenzó a hacerse realidad trescientos cuarenta y siete años después cuando se
estableció el primer departamento de español en una universidad en Pekín, en
China.
¿Pero, por qué Cervantes puso en su dedicatoria China, y no Rusia,
que está más cerca, o la India, por ejemplo? ¿Es solo una casualidad o un
antojo del autor? Para contestar a esta pregunta, convendría ver un poco el
contexto en que lo escribió el autor.
Ya en los tiempos de la dinastía de Tang, del siglo VIII al siglo
X, la ruta de la seda empezó a unir a China con Europa, llegando, en el siglo
XIV, hasta Murcia, Granada y Cádiz. En la era de descubrimientos, o sea, en los
siglos XV y XVII, gracias a las grandes exploraciones de españoles y
portugueses, se amplió el mundo conocido. En la península, creció el interés
por conocer las Indias y China. En 1555, se publicó la Primera relación
del Gran Reino de la Chinade Coimbra, que ofrece informaciones recibidas de
los jesuitas que vivían allí, y es el primer libro que da una idea más o menos
real y no imaginaria del país asiático. Por entonces el propio Felipe II tuvo
intención de tratar en directo con China y llegó a redactar una carta al
emperador chino, carta que al final no fue enviada. En 1585, Juan González
Mendoza, un fraile agustino residente en la Nueva España, publicó en Roma, Historia
de las cosas más notables, ritos y costumbres del Gran Reyno de la China,
libro del que se hicieron 36 ediciones en solo diez años y fue traducido a
siete idiomas, produciendo un gran impacto.
El presunto anfitrión de
Cervantes debería ser el decimotercer emperador de la dinastía Ming, Wan Li (万历), que reinó entre 1573 y 1620 un país estable con una economía y
cultura prósperas y fue quien dio el permiso para la instalación de los
primeros misioneros jesuitas en China, y en 1610, reconoció incluso la libertad
de culto a los católicos. Eran años en que hubo una fuerte emigración de chinos
al nuevo dominio español y sobre todo a Manila, donde los padres dominicos se
encargaron de asistir espiritualmente a la comunidad china. Uno de ellos, Juan Cobo, con la colaboración
chinos manilenses conversos al cristianismo, tradujo en 1592 MING XIN
BAO JIAN明心宝鉴 (Espejo rico del claro corazón),
una compilación de proverbios, sentencias y máximas de los grandes pensadores
confucianos chinos. Fue el primer libro vertido directamente del chino a una
lengua europea, ampliamente difundido no solo en España sino también en el
Viejo Continente. Es justamente en estas circunstancias y no por capricho o
casualidad que Cervantes mostró su gran interés por China.
Los chinos, a su vez, han sabido corresponderle con su respeto y
admiración, aunque un poco tarde debido a la decadencia del imperio y su
política de puerta cerrada durante años. Con el derrocamiento de la dinastía
Qing, los pensadores y escritores chinos empezaron a presentar, ante sus
compatriotas, El Quijote y a su autor. Lu Xun, el escritor más importante chino
del siglo XX, y su hermano, Zhou Zuoren, jóvenes que fueron a Japón a hacer sus
estudios universitarios, pudieron conocer la versión japonesa de obra
cervantina. Zhou Zuoren la elogió y analizó en su libro “Historia de la
literatura europea”, publicada en 1918. Indica que "es una de las obras
maestras del mundo", de valor incalculable, "un libro que puede
hacer reír a los adolescentes, pensar a los adultos y llorar a los viejos.
Parece una historia humorística, pero de hecho es muy seria". En
cuanto a Lu Xun, le encantó el Quijote y su admiración y cariño por Cervantes
se evidencia en sus numerosos artículos y traducciones posteriores. No solo
tradujo al chino el primer acto del drama El don Quijote liberado,
de A.B. Lunatcharsky, sino que también mencionó repetidamente en sus escritos a
Cervantes y su gran novela. Escribió, entre otros, un ensayo titulado «El nuevo
don Quijote en la República de China», publicado en la revista literaria Osa
Mayor, II, 1 (1932). Además, en la revista literaria Corrientes por
él dirigida, se publicó la versión china del ensayo «Hamlet y don Quijote»
de Turgueniev, entre junio de 1928 y diciembre de 1929. Tuvo la intención de publicar
una nueva versión china del Quijote, de alta calidad, en la colección Florecillas
matutinas que él dirigía, pero no prosperó su plan. En su famosa
novela La verdadera historia de A Q, vemos que A Q, el
protagonista, tiene siempre una forma psicológica de vencer tras cada derrota,
lo que nos recuerda al Quijote que alega algún motivo para animarse y
consolarse a sí mismo después de cada revés y fracaso. Además, el hecho de que
Lu Xun usara la letra latina Q, que es la inicial del Quijote, y no un carácter
chino como el nombre de un campesino chino, es algo muy inusual e incluso
chocante en su época, y todo ello lleva a muchos expertos a deducir, y con
razón, que esta novela de Lu Xun, la mejor de todas suyas y considerada como
pionera de la literatura moderna china, fue escrita bajo una fuerte influencia
de la obra cervantina.
A partir de los años treinta, numerosos escritores y estudiosos del país
oriental han escrito artículos, ponencias y tesis para recomendar, explicar,
estudiar y analizar la gran obra de Cervantes. Fue de particular
importancia la publicación de un análisis literario de la novela de Cervantes en
el libro titulado Obras más conocidas de la literatura universal,
escrito por Mao Dun (Shanghai, Ed. Kaiming, 1936). Este célebre novelista encareció
el gran papel de la obra cervantina en la historia de la literatura mundial y
le ensalza como “un importantísimo e inmortal escritor”. Ba Jin, el literato de
mayor renombre de la segunda mitad del siglo XX, apunta: “Don Quijote es un
brillante ejemplo de la historia de la literatura del mundo”. Qian
Zhongshu, otro escritor de gran fama, señala: “Cervantes, Shakespeare y Goethe
son tres campeones que alcanzan la cumbre de la novela, el teatro y la poesía
respectivamente”.
La traducción del Quijote se inició
en la década 20 del siglo pasado. En 1922, salió a luz la primera versión china
en Shanghai, realizada por Lin Shu (林纾) (1852-1924) (conocido
también como Lin Qin Nan) y Chen Jialin (陈家麟), bajo el título de
“Historia del ingenioso caballero andante”, en dos volúmenes. Lin es un
excelente escritor y traductor. No sabía ningún idioma extranjero, y sus
traducciones las hacía escuchando las interpretaciones de sus colaboradores.
Durante los últimos 30 años de su vida tradujo cerca de 180 obras europeas y
americanas, entre ellas unas 40 clásicas de fama internacional. Su versión del
Quijote es incompleta y adolece de muchos defectos, pero gracias a su excelente
lenguaje literario chino y su renombre, sobre todo, gracias a la fuerza
mágica de la propia obra cervantina, el nombre del Quijote empezó a correr de
boca en boca en el país.
Lin Shu
En los años treinta, aparecieron
cuatro versiones chinas.: la de He Yu Po (贺玉波) publicada en 1931 por
la editorial Kai Ming Shu Dian, la de Jiang Ru Qing (蒋瑞青), editada en 1933
por la Editorial Mundo (Shijie Shuju), la de Wen Zhida (温志达), publicada primero en el Diario “República” en 1937 como libro por la
Editorial Qiming Shuju. La cuarta versión, de Fu Dong Hua (傅东华), fue publicada primero en revistas literarias en 1935, y editada en
1939 por la famosa Editorial Shanagwu bajo el título de “Historia del señor don
Quijote”. Es una versión completa y suma 596 páginas. Aunque, al igual que
todas las otras versiones, fue hecha a través del inglés, es una traducción muy
buena, fiel al original y está en un excelente chino literario y es la primera
traducción que leí cuando era alumno de secundaria. Me encantó y me hechizó, y
despertó en mí gran admiración por el autor y gran interés por la literatura
española.
Sería injusto no mencionar aquí la traducción de Dai Wangshu, un buen poeta del
siglo 20. Estuvo en su juventud en Francia y España, y con su profundo amor por
La literatura española, ha traducido novelas de Blasco Ibáñez y numerosos
poemas de Federico García Lorca. En 1935, regresó a China y empezó a traducir
el Quijote con la ayuda de la Fundación de Cultura y Educación chino -
británica, cobrando cada mes 200 yuan como honorables
adelantados. Desgraciadamente a causa de las llamas de la guerra de la invasión
japonesa no salió a luz el libro completo ni se encuentra actualmente el
manuscrito. En los años 90, solo se publicó parte del trabajo en una revista de
Hong Kong y es muy lamentable que no se pueda conocer el texto completo de su
traducción, que debería de ser de alta calidad.
La traducción directa del español al chino se inició en los años sesenta, por
la famosa traductora Sra. Yang Jiang (杨绛), gran conocedora del
francés y que había traducido obras clásicas francesas. Su habilidad como
traductora es bien conocida y reconocida. Para traducir directamente del
español, empezó a estudiar español y al final de cerca de 20 años de esfuerzo y
trabajo, en 1978, en vísperas de la visita del Rey don Juan Carlos y la Reina
Doña Sofía a China, vio la luz la primera versión china hecha directamente del
español. A partir de entonces el libro se imprime una y otra vez, se han
vendido, según se dice, cerca de un millón de ejemplares hasta el presente, y
es la versión más editada y vendida.
Mientras tanto, se han editado numerosas ediciones diferentes teniendo en
cuenta diferente interés del lector: hay ediciones abreviadas, ediciones para
niños. Según la cifra ofrecida por la Editorial de la Literatura del Pueblo de
Pekín, entre 1922 y 1997 se publicaron diecinueve versiones chinas del Quijote,
y desde entonces han aparecido otras cuatro nuevas. De modo que hay en total
por lo menos veintitrés diferentes traducciones de este libro cervantino, sin
incluir adaptaciones y ediciones para niños. Sobre todo, a partir de los años
noventa, se editaron varias traducciones directas importantes, realizadas por
profesores e hispanistas, entre ellos, el profesor Don Yansheng, de Pekín, Tu
Mengchao, de Nankín, Tang Wequan, de Xi An. Zhang Guangsheng, de Pekín.
Cabe destacar la importancia de la aparición, en 2001, de la versión del
profesor Sun Jianmeng (孙家孟) (1934 - 2013),
célebre hispanista y catedrático de la Universidad de Nanjing, veterano
traductor de numerosas novelas hispanoamericanas, sobre todo, de Mario Vargas
Llosa. Personalmente, era un amigo mío y he colaborado con él en su libro de
textos “Manual de la traducción del español al chino”, utilizada durante años
en universidades chinas donde se enseña castellano. A pesar de su mala salud y
su problema cardíaco, dedicó cinco años a la traducción del Quijote y su
versión es muy completa: contiene los once poemas “AL LIBRO DE DON QUIJOTE DE
LA MANCHA”, Tasa, EL REY, Aprobaciones y algunos textos que no están recogidos
en la versión de Yang Jiang y algunas otras. Además, el traductor, con su
habilidad y seriedad profesional, con su excelente dominio y manejo de las dos
lenguas y midiendo cada palabra que utilizaba, logró reproducir el efecto del
original. De modo que el Quijote chino al hablar con personas de cierta
importancia o al explicar cosas de la caballería, usa un chino culto o medio
culto, y al hablar con su escudero y los labradores usa un chino popular y
coloquial, todo ello para reproducir el efecto del original, y lo ha
conseguido. Ya que concuerda con cada circunstancia y cada caso, y su lectura
causa placer y deleite.
Ha habido un debate bastante fuerte sobre las traducciones del libro: algunos
consideran que la versión de Yang Jiang tiene errores, otros la consideran como
la mejor, y otros, que la versión del profesor Sun Jiameng es la mejor. Se
discute la forma de traducir algunas expresiones y frases del libro, como la
frase “de pelo en pecho” que Sancho usa al referirse a Dulcinea en el capítulo
25. Algunos dicen que la traducción no debe conservar la metáfora y figura del
original, sino que solo se debe traducir la idea, etc. Esto, a mi juicio, es
positivo para mejorar la traducción y también demuestra que los traductores son
serios y responsables, con un gran afán por perfeccionar su trabajo. En cuanto
a cuál es la mejor versión del Quijote, sin haberlas leído todas y compararlas
una con otra con detenimiento, no me atrevo ni estoy en condición de dar una
respuesta. Pero de una cosa estoy seguro, y es de que la versión de Sun, así
como la de Yang Jiang, y la de Dong Yansheng, son buenas y dignas del original.
La traducción, especialmente la traducción literaria, no es un simple traslado
de las palabras, sino como suele decirse, traducción - traición, que supone
cierta creación, y la creación no es ciencia exacta. Todas las versiones serias
tienen sus virtudes y méritos, y también sus defectos por mejorar o incluso
errores por corregir.
Con la traducción y la difusión del libro y la recomendación y el
encarecimiento de las importantes personalidades del mundo cultural chino, el Quijote
se viene difundiendo más y más en China. En todos los libros de textos y
manuales sobre la literatura mundial o la literatura occidental, se dedican
capítulos enteros sobre el Quijote, y los chinos pueden conocer bien la vida
del gran escritor a través de las biografías publicadas. Aparte del
Quijote, se dio a conocer también, en 1985, la traducción de Novelas
Ejemplares. En 1997, la Editorial Literatura del Pueblo publicó en Pekín Obras
completas de Cervantes, de modo que los chinos puedan leer en un chino
actual toda la creación literaria del gran autor.
Los actos conmemorativos son también frecuentes. En 1955, cuando se cumplió el
350 aniversario de la aparición del Quijote, tuvo lugar en Pekín una gran
asamblea a la que asistieron más de mil trescientas personas, entre las cuales
importantes personalidades y escritores del país. Desde 1979, el 22 de abril,
el aniversario del fallecimiento de Cervantes, está consagrado en la
Universidad de Estudios Extranjeros de Shanghai a actividades conmemorativas,
tales como actos públicos y lectura de ponencias. En marzo de 2004, en Nanjing se
celebró el sexto simposio internacional sobre Cervantes, con la asistencia de
expertos de España, México, Francia, Italia, Bélgica, y de diversas
universidades chinas. Este año habrá actos en diversas ciudades, en diversas
universidades y centros de educación, de estudios e investigación, y como Tang
Xianzu, uno de los dos dramaturgos chinos más importantes es coetáneo de
Cervantes y Shakespeare, se realizarán actividades para conmemorar a las tres
grandes figuras de la cultura mundial. El cine, (película rusa, película
española), la televisión, y también el ballet, (de conjuntos chinos y
extranjeros), han contribuido a la difusión. La popularización de la obra
cervantina ha sido tal que se puede decir, que El Quijote ya es, para muchos
chinos, un símbolo de España: según los periodistas chinos que han preguntado a
modo de encuesta a la gente en la calle: “¿Qué sabes de España?”, las
respuestas casi unánimes son: “El Quijote y el toro”, seguidos de Real Madrid y
la Barça, que son lo que más conocen los chinos sobre España. El Quijote
ya forma una parte integrante de la lengua y cultura china: expresiones como
"ser el Quijote chino", "hacer quijotadas", "ser
quijotesco", son muy usuales no solo para los políticos, los
intelectuales, sino también para mucha gente de a pie. Como ejemplo, quiero
citar el título de un artículo publicado el 6 de junio de 2007 en el Diario
“Pueblo”, el periódico oficial del gobierno chino, y es “El Quijote del
Pentágono”, para criticar a los jefes militares de los
EEUU.
Los estudios también son cada vez más abundantes y profundos. Hay estudios
sobre la influencia del Quijote en la literatura china, sobre las similitudes y
las diferencias del Quijote con la famosa novela de Lu Xun “Historia de A Q” y
otras obras chinas desde los puntos de vista de la literatura comparada, sobre
el significado del Quijote, su importancia en la literatura mundial, sobre sus
personajes, etc. Aquí quiero hablar un poco sobre un tema que he tocado y
comentado en una de las dos ponencias sobre el Quijote que publiqué en los años
ochenta en la revista LENGUAS CONTEMPORÁNEAS de la Universidad
de Estudios Extranjeros de Guangzhou (Cantón). Y es el frecuente uso de
sinonimia y antítesis en el “Quijote” y paralelismos o duizhang en
la poesía china:
Vemos en el Quijote muchos ejemplos como los siguientes:
1. Historia sabida de
los niños, no ignorada de los mozos, celebrada y
aun creída de los viejos (I, cap. V)
2. Siempre
vencedor y jamás vencido Timonel de Carcajona (I,
cap. 18)
Es un tipo
de sinonimia que recurre a una aparente antítesis negativa.
Otras veces
la antítesis o la antonimia sirve para destacar la idea que se quiere expresar
y causar impresión más profunda, como:
3. Solo fui el
triste entre tantos alegre, y el cautivo entre tantos libres (I,
cap.39)
Las dos frases se construyen con antónimos, y son paralelas por su estructura.
Es una construcción bella y de gran armonía fónica.
4. Se le pasaban las
noches leyendo de
claro en claro, y los días de turbio en turbio.
“Las noches” se contraponen a “los días”, “de claro en claro” a “de turbio en
turbio”. También son construcciones muy bellas y armoniosas.
Este recurso retórico nos recuerda una técnica también muy frecuente en los
grandes maestros de la poesía china, como Li Bai (Li Po) y Du Fu (Tu Fu),
que recurren a menudo a lo que se llama dui ou (duizhang),
(literalmente significa contraposición o emparejamiento), y son principalmente
paralelismos y a veces antítesis.
Veamos unos versos de Li Bai en su poema “Despidiendo a Son Zhidi en
Jiangxia”.
Texto
original: 人分千里外, 兴在一杯中。谷鸟吟晴日, 江猿啸晚风。
Traducción:
Mil leguas nos van a separar;
y una copa de vino nos une.
En el valle, los pájaros
cantan al brillante sol.
En la orilla, los monos
lamentan ante el viento vespertino.
(miles de leguas – una copa de
vino; nos separan- nos une.)
(en el valle – en la ribera;
los pájaros cantan- los monos lamentan; al brillante sol – ante el
viento vespertino)
Veamos otro ejemplo, que es un famoso poema
de Li Po- “Despidiendo a un amigo”:
Primero veamos una traducción libre mía:
Montes verdes se alzan sobre la
muralla al norte.
Aguas cristalinas ciñen el pueblo al
levante.
Aquí nos separamos, y flotará mil
leguas
una hierba mustia solitaria por el
aire.
Nubes vaporosas, sentimientos del
viajero.
Puesta del sol, corazón de los viejos
amigos.
Te alejas, y nos decimos adiós con la
mano.
¡Qué melancólicos relinchan
nuestros caballos!
Para comprender estos paralelismos,
estos versos dicen, más o menos literalmente, lo siguiente:
En los dos primeros versos, hay
paralelismos o contraposición: entre “montes verdes ” y “aguas cristalinas”, “se
alzan sobre la muralla al norte” y “ciñen al pueblo al levante”.
En los siguientes cuatro
versos, si los traducimos más al pie de la letra para comprender mejor los
paralelismos, dicen:
Una vez que nos separamos aquí, una
hierba mustia solitaria florará por millares de leguas. (Aquí: una vez –
millares; nos separamos – flotará; aquí (este sitio) – una hierba)
Nubes vaporosas, sentimientos
del viajero.
Puesta del sol, corazón de los viejos
amigos.
(Nubes vaporosas – puesta del sol;
sentimientos del viajero – corazón de los viejos amigos)
En fin, a pesar de
diferencia del idioma, existen grandes similitudes entre estos maestros de las
lenguas de los dos pueblos tan distantes. No se trata de una influencia mutua o
de uno en otro, cosa imposible en aquellas épocas, sino de algo que suele
expresarse en chino con un dicho o frase usual: (bu mou er he, o): yingsong
suo jian lue tong: (que significa coincidencia sin haberse consultado
previamente, y “los héroes o los genios suelen tener un modo parecido de ver
las cosas”).
Con el Quijote la literatura española ha entrado en China por la puerta
grande y adquiere su importancia. Aparte de los libros de Cervantes, también se
han traducido numerosas obras como las de Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco
Quevedo, Tirso de Molina, Pedro Calderón de la Barca, Leandro Fernández de
Moratín, Pedro Antonio de Alarcón, Vicente Blasco Ibáñez (Sangre y arena, La
barraca), Leopoldo Alas (La Regenta), Juan Valera (Pepita Jiménez),
Camilo José Cela, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti,
José Hierro, etc., etc. En fin, se podría decir que todas las obras
importantes, y algunas menos importantes, han sido traducidas, comentadas y
estudiadas.
Por otra parte, también se viene realizando lo que predijo Cervantes en cuanto
a la enseñanza del español: desde la primavera de 1952, se estableció el primer
Departamento de Español en el Instituto Universitario de Lenguas Extranjeras de
Pekín (actualmente Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín), dando
comienzo así a la enseñanza de castellano a nivel universitario. Después,
aparecen más y más universidades con esta facultad o departamento. En los
años cincuenta, cada curso tenía pocos alumnos, - unos veinte, treinta,
cincuenta. En los años peores, solo unos diez. Pero poco a poco se van
aumentando, sobre todo, desde el año 1996. El 14 de julio de 2006, el Reino de España fundó por fin en Pekín “un colegio
donde se leyese la lengua castellana” como describió Cervantes, y es el Instituto
que lleva su nombre. Fue un importante paso dado en las andaduras quijotescas por el lejano Imperio del Centro. Mientras tanto, crece el número de universidades
fundadas por los chinos para enseñar el castellano: este año la cifra ha
llegado a cincuenta y cinco, con unos cinco mil estudiantes de licenciatura o diplomado.
En cuanto a los que estudian español como asignatura optativa y segunda lengua
extranjera, son aún más numerosos.
Los profesores, al mismo tiempo que se dedican a la labor docente,
también hacen traducciones, investigaciones y a veces también sirven de intérpretes
para ayudar a empresas españolas que emprenden sus aventuras en China. Estos
trabajos se están aumentando con el creciente interés de España por el país
asiático y se incrementan los vínculos entre los dos pueblos. Mientras
que, por un lado, en China, los niños toman Cola Cao o Chupa Chups, los chicos
mastican chicles de Agrolimen, los turistas viajan en autocares de Alsa, los
ancianos toman el vino de Bodegas Torres y jamón ibérico, por otro lado, las
chicas españolas visten chándales chinos y las señoras compran productos “Made
in China” en tiendas de chinos, se incrementan los lazos culturales y
económicos entre los dos países. El emperador rojo de hoy ya pagará
debidamente a los maestros que van allí, atrayendo así cada vez a más Hijos del Quijote
para enseñar español en universidades o institutos. Por otro lado, los
profesores chinos, que siempre consideran a Cervantes como su rector
espiritual, preparan a más y más jóvenes que leen el Quijote y van a su
tierra natal, a Alcalá de Henares y otros sitios para conocer mejor su lengua y
cultura, ocupando un porcentaje cada vez mayor de los alumnos extranjeros en
universidades del país. Cada año se ven más y más chinos que le rinden homenaje
en la plaza de España de Madrid. He visto sonreír al gran maestro de las letras
castellanas. Debe de estar contento.
En Madrid, 21 de abril de
2016