Guojian Chen
Hoy es el 99º aniversario del nacimiento de Valentín García Yebra (Lombillo de Los Barrios, El Bierzo, 28 de abril de 1917 – Madrid, 13 de diciembre de 2010), gran traductor (del griego, latín, alemán, inglés, francés, portugués e italiano) y filólogo español, miembro de número de la Real Academia Española. Como uno de sus amigos, no puedo menos de recordar emocionado los momentos en que estábamos juntos, con el corazón agradecido, por las ayudas y apoyo que de él he recibido.
Conocí a don Valentín primero a través
de sus libros, cuando trabajaba yo en la Universidad de Lenguas Extranjeras
(hoy Universidad de Estudios Extranjeros) de Guangdong (Cantón) como profesor de español. Estaba encargado de
preparar, junto con el profesor Zhao Shiyu, de la Universidad de Estudios
Extranjeros de Pekín, Curso de la
traducción del chino al español, un libro que serviría, según la
instrucción del Ministerio de Educación China, para las universidades chinas en
que se enseñaba español. Tanto Zhao como yo habíamos leído con sumo interés los
libros de don Valentín sobre la teoría y práctica de la traducción, que era el
único autor prestigioso de este tema en el mundo hispánico. Sus
enseñanza esclarecedoras nos ayudaron a pensar y en nuestro libro publicado en
1989 en Pekín introducimos y encarecimos las siguientes palabras suyas como un
principio orientador para todo el que
aspire a ser buen traductor : "La regla de oro para toda traducción es, a
mi juicio, decir todo lo que dice el original, no
decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección
y naturalidad que permita la lengua a la que se traduce” (Teoría y práctica de la traducción,
Madrid, Gredos, 1997, pág. 45.).
Le conocí personalmente en octubre de
1988, cuando estaba yo en Madrid con una beca de investigación que me concedió
el Ministerio de Exteriores de España como hispanista chino. Durante tres meses
de estancia nos vimos tres veces, hablamos de la traducción, le hablé de la
admiración de los profesores chinos por sus obras, me regaló un libro suyo y yo
le dediqué mi primer libro publicado en España: Poemas de Tang, edad de oro de la poesía china, editado por Cátedra
muy casualmente cuando estaba yo en España, libro que le gustó mucho. Más tarde,
le envié otro libro mío Poemas de Li Po (Li
Bai), publicado por Icaria en
Barcelona, que le gustó también.
En 1991 volví a Madrid, para quedarme
definitivamente, como residente madrileño. Desde entonces nos vimos muchas
veces, algunas en la Real Academia, pero fue más frecuente que yo fui a su casa cerca del Retiro. Me hablaba de sus experiencias de traducción, y hablábamos
sobre todo acerca de la poesía china. Casi cada vez que fui a su casa regresé con un libro suyo
que me regaló con afectuosa y cordial dedicatoria. En 2001, publiqué Poesía clásica china (Cátedra), y al preparar la presentación del libro, le invité a asistir e intervenir. Expresó que lo haría con mucho gusto, pero al final no pudo ir por tener ese día una sesión en la Real Academia. Me dio el texto preparado, y fue publicado en septiembre en la revista Leer como reseña del libro. Dice, entre otras cosas: "Leí aquellos dos
libros (- Poemas de Tang y Poemas de Li Po) como he leído éste de
ahora, con verdadero placer, casi con entusiasmo. La lectura de Li Po me impresionó
tanto que me indujo a escribir un largo poema de más de cien versos, titulado Elegía a la luna, gran amor de Li Po". El poema era muy largo y fue imposible publicar el texto completo en dicha revista, pero lo daremos a conocer aquí más adelante.
En 2006, cuando terminé Poesía china caligrafiada e ilustrada,
le pregunté si podría prologar el libro. Lo aceptó y lo hizo muy pronto, y eso fue a sus 89 años de edad. Me quedé emocionado y muy agradecido. Su estímulo y apoyo ha sido importante para que tuviera yo ánimo y valor de continuar con mi labor de la traducción de poesía china, ya que como todo el mundo sabe, componer la poesía es uno de los trabajos peor pagados del mundo, y traducir poesía de un país lejano como China, es pura y simplemente por el amor al arte. Sin embargo, la reacción del académico tras la lectura de estos libros es para mí una gran recompensa y tengo que contentarme.
2007, Guojian Chen en casa de don Valentín García Yebra
Reseña de don Valentín sobre mi libro "Poesía clásica china", en 2001.
Guojian Chen entre Valentín García Yebra y Camilo José Cela, 2001, en la Real Academia.
Parte de los libros que me regaló don Valentín
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